Durante los días previos -o semanas, en muchos casos- a la Navidad, una de las preocupaciones de mayores y pequeños es la carta a los Reyes Magos. Por diferentes motivos, obviamente. Pero a muchos de ellos, especialmente a los papás, seguro que les ayudan los consejos de Milly Suárez, profesora de Llar en Institució Mallorca (Aixa), y que recientemente ha impartido una sesión bajo el título de SOS Reyes Magos.

«Un niño que tiene más juguetes no es un niño más feliz, ni por ello está más estimulado. Tiene todo, saca todos los juguetes, ¡pero al final no juega con nada!». Muchos papás y mamás ya se habrán dado cuenta de esto, por no decir todos, pero cuesta encontrarle una solución o ponerle fin a la llegada del mismo tipo de juguetes que, con el paso del tiempo, acaban utilizando cada vez menos. ¿Qué propone Milly Suárez? «Tener variedad de juguetes, eso es lo importante. Y que esa variedad esté adaptada a cada etapa de los niños, porque tienen diferentes etapas de juego, no sólo según la edad que tenga o el momento en el que se encuentre».

Para que exista esa variedad en los juguetes de nuestros hijos, la profesora de Aixa propuso algunas soluciones por si los papás no están a tiempo de revisar la carta a los Reyes. Ideas como el «intercambio de juguetes con otras familias amigas, por ejemplo, con juguetes que no utilicen tanto sus hijos porque se han hecho mayores» y que puedan despertar interés en nuestros niños (y viceversa). O una solución que depende directamente de nosotros como es «la rotación de juguetes que podamos hacer nosotros en casa, de manera que no jueguen siempre con los mismos juguetes y los otros los tengan abandonados».

Es importante la variedad, desde luego, pero la clave principal para que no caigamos en el error de que la carta se convierta en una lista de la compra es «conocer a nuestros hijos. Y para eso hay que pasar tiempo jugando con ellos. Porque darle importancia a la selección adecuada de los juguetes es también darle valor al juego con ellos como actividad potenciadora de habilidades». Y porque jugar con nuestros hijos es la mejor manera de potenciar nuestra unión con ellos. Unos juegos que se irán adaptando a las necesidades y a los gustos de los más pequeños, pero que le servirán para desarrollarse y, lo más importante, para hacerlo al lado de sus padres.