En el juego infantil se acostumbra a cumplir la máxima “menos es más”. Y es que los más pequeños necesitan muy poco para divertirse. El juego, además, puede ser una gran fuente de aprendizaje. Y para aprender, también, suelen hacer falta pocas cosas. Pero, ¿cómo preparamos las condiciones óptimas para el aprovechamiento de los ratos de juego, tanto en el colegio como en casa?

El recreo es un momento clave de la jornada lectiva de nuestras hijas e hijos. No les sirve solo para divertirse, sino que también es importante para generar relaciones interpersonales y construir y fortalecer vínculos. A través del juego, las niñas y niños desarrollan habilidades sociales como la comunicación, negociación, cooperación y resolución de conflictos. Además, el recreo es un descanso necesario para el rendimiento académico y emocional del pequeño.

Estos son los 5 beneficios principales del recreo para las niñas y niños:

  1. Facilita el desarrollo cognitivo y la actitud positiva hacia el colegio. La exposición del pequeño a la luz natural tiene un impacto directo en su humor y bienestar, a la vez que ayuda a reducir los problemas disciplinarios.
  2. Evita el sedentarismo. El recreo tiene que ser un espacio que fomente el movimiento físico y corporal completo del pequeño.
  3. Favorece las relaciones sociales. Es el momento en el que los pequeños interaccionan con sus compañeras y compañeros de una forma más distendida y natural. Es, por tanto, cuando se construyen y fortalecen los vínculos interpersonales.
  4. Ayuda a la concentración. Es recomendable hacer breves pauses durante el tiempo de trabajo para que éste sea provechoso.
  5. Reduce el estrés. El juego físico no estructurado es una medida apropiada para reducir los niveles de cortisol.

Conscientes de la importancia del recreo para el desarrollo académico, emocional y social de las niñas y niños, los colegios de Institució han convertido las zonas de juego en entornos preparados para fomentar la creatividad, el movimiento libre y el juego cooperativo. Unos espacios donde jugar, relacionarse y ser felices.

En casa, donde los espacios y materiales son distintos, las madres y padres también podemos seguir algunas pautas para favorecer un juego adecuado para nuestras hijas e hijos.

Estos son los 5 tipos de juego básicos, pero imprescindibles, para el correcto desarrollo de las niñas y los niños:

  1. Juego motor: puzles, plastilina, bloques de construcción… son recursos útiles para ayudar a los más pequeños a trabajar la imaginación y la destreza manual.
  2. Juego comunicativo: contar cuentos, cantar canciones, representar historias… además de ser un espacio de juego compartido entre pequeños y adultos, favorecen el desarrollo personal, la confianza en uno mismo y la autoestima.
  3. Juego cognitivo: materiales manipulativos para reconocer formas, objetos y colores son herramientas muy efectivas para ejercitar la mente.
  4. Juego de socialización: ya sea con hermanos, primos, compañeros o adultos de referencia, una pelota, cubos o marionetas son recursos que fomentan muy positivamente el juego en equipo.
  5. Juego de autonomía personal: las botellas sensoriales o la pelota multisensorial de Montessori son herramientas útiles para los más pequeños.

Combinar los diferentes tipos de juego, materiales y recursos es importante para conseguir que los más pequeños puedan, a través de ratos de juego, desarrollar habilidades personales, sociales y cognitivas básicas para su desarrollo.

 

Maria Gil, psicopedagoga.