Y este verano, ¿qué hacemos?
Empieza la cuenta atrás para las vacaciones escolares y muchos padres y madres buscan ya la mejor opción de actividades para sus hijos e hijas. Aquellas que les permitan disfrutar y seguir aprendiendo. No podemos olvidar que, en la tarea de educar, no hay vacaciones. Así que es importante elegir bien para garantizar que el verano sea, no solo tiempo de ocio y descanso, sino que sea también un momento que fomente el desarrollo intelectual, social y personal de niñas y niños.
A pesar de que muchos niños y niñas cuentan ya los días mientras esperan la llegada del verano, para muchas familias llega el momento de hacer el puzle de cada año. Conseguir adaptar los horarios de unas vacaciones escolares que empiezan a finales de junio y unas vacaciones laborales que no llegan hasta semanas más tarde es un reto.
Colegios, entidades de ocio, clubs deportivos, agrupaciones culturales… preparan una oferta de actividades atractiva y muy amplia. Es importante que cada familia se tome su tiempo para valorar qué es importante para ellos, qué valoran y qué priorizan. Cuando se trata de la educación de los hijos, nunca es bueno improvisar.
Como madres y padres, ¿qué debemos tener en cuenta a la hora de escoger qué harán nuestros hijos e hijas durante el verano? Si queremos encontrar el equilibrio entre lo que a ellos les apetece y lo que nosotros consideramos que es bueno para ellos, podemos tener en cuenta:
- Que se mantengan hábitos de aprendizaje.
Las vacaciones de verano de los niños son un periodo muy largo. Es importante que, aunque se flexibilicen los horarios y la exigencia, se mantengan despiertas rutinas y hábitos de aprendizaje. Así se evita que se produzca una desconexión total con lo que han trabajado durante el curso en el colegio. En caso contrario, el momento de retomar el período lectivo en septiembre puede resultar más costoso y la fase de adaptación puede alargarse. Mantenerlos activos en un entorno de aprendizaje será provechoso a corto y largo plazo.
- Que se refuercen las habilidades sociales.
Los niños y niñas están acostumbrados a compartir su día a día con, aproximadamente, una veintena de compañeros en el colegio. Esto les permite desarrollar habilidades sociales como la capacidad de escucha, la empatía, la defensa de las ideas propias y también la aceptación de las ajenas, entre otras. Mantener un espacio compartido con otros niños y niñas durante el verano les va a permitir seguir desarrollando estas habilidades.
- Que puedan profundizar en lo que les gusta.
Los niños y niñas, por pequeños que sean, suelen tener claro qué es lo que más les gusta hacer. Practicar algún deporte, bailar, leer, hacer manualidades, cocinar, estar cerca de la naturaleza… sea lo que sea, durante el curso disponen de un tiempo limitado para disfrutar de ello. El verano es, para todos, grandes y pequeños, el momento del año en el que podemos hacer lo que más nos gusta y que durante el curso no tenemos tiempo de hacer. Es recomendable ofrecer a nuestros hijos e hijas la posibilidad de incorporar en su día a día lo que más les gusta hacer.
- Que puedan profundizar en lo que consideramos importante.
Además de garantizar tiempo para que disfruten de lo que les gusta, también debemos procurar por lo que creemos que es bueno para ellos. En este sentido, el verano es también un buen momento para, en un contexto lúdico y más relajado, seguir mejorando sus competencias lingüísticas. Así, podemos priorizar las propuestas que refuercen, por ejemplo, la exposición al inglés. Aprender, mientras uno se divierte, siempre es más fácil.
- Que la educación en valores sea una prioridad.
Decíamos que de educar no se hacen vacaciones. Y lo decimos en el sentido más amplio. Es importante que el entorno en el que los niños y niñas hagan las actividades de verano no suponga un cambio drástico con el tipo de educación que reciben durante el curso. Que el contexto sea lúdico y divertido, no excluye que se siga apostando por una educación en valores. Por eso, hay que buscar esas propuestas que se adecúen a la forma en la que cada familia quiere educar a sus hijos e hijas.
Hay otros muchos factores a tener en cuenta, como la conciliación o la economía familiar. Sin duda, este rompecabezas nada fácil requiere un poco de tiempo si queremos encontrar la mejor opción para nuestras hijas e hijos. Y es que todos queremos garantizarles, además del aprendizaje y la diversión, un verano que recuerden siempre.