Ya en la recta final del curso escolar, nuestras hijas e hijos se enfrentan al momento más decisivo del año. Los exámenes finales y, en algunos casos, la selectividad. Esta etapa puede generar en ellos nervios, estrés y ansiedad. Como en todo, como madres y padres podemos acompañarles y ofrecerles apoyo para que puedan enfrentarse a ello con confianza.

Acompañar a tus hijos e hijas durante el final de curso significa ofrecerles apoyo emocional, generar un ambiente de estudio óptimo en casa y promover hábitos saludables. Ayudarles a enfrentarse a esta etapa, les dotará de herramientas para poder resolver retos académicos futuros de manera efectiva y con serenidad. Contar con vuestro apoyo incondicional y vuestra confianza marcará la diferencia en su experiencia educativa.

Estos son algunos tips que podéis seguir en casa para acompañar a vuestros hijos e hijas durante los exámenes finales o la selectividad.

  1. Crear un ambiente de estudio óptimo en casa.

Es básico que nuestros hijos e hijas dispongan de un espacio adecuado para el estudio en casa. Un sitio confortable, ordenado y tranquilo. Además, hay que eliminar posibles distracciones, como la televisión o los dispositivos electrónicos. Es importante, pues, crear un espacio y un tiempo “libre de pantallas”.

  1. Crear una rutina de estudio efectiva.

Establecer una rutina regular, con horarios fijos y espacios tranquilos y libres de distracciones, ayudará a nuestros hijos a organizarse mejor. También podemos animarles a gestionar su tiempo de estudio dividiendo las tareas que deben desempeñar y marcándose retos realistas.

  1. Establecer unas expectativas claras.

En la etapa de la pre adolescencia y la adolescencia, a los chicos y chicas les suele costar gestionar la presión. La que sienten que ejerce el colegio, la que se ponen ellas o ellos mismos y la que perciben por parte de sus padres y/o madres. En este sentido, puede ayudarles tener claro cuáles son las expectativas que ponemos en ellos y, también, las que ellos mismos tienen. Por eso es bueno hablar con ellos, ayudarles a fijarse expectativas realistas y claras sobre los resultados de los exámenes y sobre sus estudios, enfatizando en la importancia del esfuerzo y la dedicación. En este sentido, también es importante reconocer y valorar su progreso y la consecución de sus retos propios.

  1. Comunicación escuela-familia.

Es importante que, como madres y/o padres, mantengamos un diálogo personal con el tutor o tutora de nuestro hijo o hija, ya que es quién mejor puede orientarnos en las expectativas que debemos poner en esta etapa, en función del punto en el que se encuentra nuestro hijo o hija. También puede compartir con nosotros las inquietudes o sensaciones con las que se enfrentan a los exámenes finales. La atención personalizada y el diálogo colegio-familia son también clave en esta etapa.

  1. Ofrecerles apoyo emocional.

A veces, la distancia generacional o las ocupaciones diarias nos llevan a minimizar o incluso menospreciar el estrés o la presión que nuestras hijas e hijos pueden sentir. Es importante intentar entenderles y también mostrarles esta empatía y comprensión. Escuchar sus preocupaciones y miedos, motivarles y aportarles una visión realista de la situación.

  1. Promover un equilibrio saludable.

Es importante que nuestras hijas e hijos se entreguen con dedicación y esfuerzo a sus obligaciones académicas. Pero también lo es que lo hagan de forma saludable. En este sentido, podemos ayudarles fomentando descansos regulares durante sus ratos de estudio, una adecuada higiene del sueño y una alimentación saludable.

Los exámenes pasarán, con más o menos éxito, pero podemos aprovechar este momento más allá de lo estrictamente académico y vivirlo como una etapa de crecimiento de nuestros hijos o hijas. Convirtamos este final de curso en un entrenamiento para situaciones futuras más exigentes, como el bachillerato, la selectividad o la universidad, en función de la etapa educativa en la que se encuentre nuestro hijo e hija.

Y no nos olvidemos de celebrar el final de los exámenes, una manera de reconocer su esfuerzo, su entrega y su dedicación, más allá de los resultados que acabe obteniendo.

 

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