El verano es tiempo de oportunidades. Oportunidad de viajar, de descansar, de hacer deporte, de aprender cosas nuevas, de retomar aficiones… michas opciones que, aunque hay que aprovecharlas, no deberían hacernos perder de vista la gran oportunidad del verano: la de compartir más que nunca tiempo en familia. Es importante planificar y no olvidarnos de todo lo que podemos hacer juntos. De todo lo que el verano nos ofrece para hacer familia.

Antes de que las vacaciones nos sorprendan, es importante tomarnos un tiempo para planificar el verano. Esta organización podemos hacerla en familia. Es importante que todos se sientas incluidos, se sientan escuchados. Hay que tener en cuenta las distintas edades, horarios y gustos. Solo si todos se sienten parte, querrán ser parte. Y no es necesario pensar en grandes cosas, grandes viajes ni grandes planes. A veces, lo más cotidiano, puede ser lo más acaben recordando.

7 cosas que podemos potenciar durante el verano para hacer en familia:

  1. Todos en pie y a la mesa

Durante el curso, por la mañana, todo son prisas. Una carrera de obstáculos para poder llegar puntuales al colegio. Las vacaciones, en cambio, nos ofrecen la oportunidad de levantarnos de la cama con más calma y sentarnos todos alrededor de la mesa para compartir un buen desayuno. ¡Aprovechémoslo! Intentemos que más o menos todos se levanten a la misma hora. Pongamos la mesa y compartamos algo más que un desayuno. Planifiquemos juntos el día o contémonos qué vamos a hacer cada uno. Aparquemos las prisas y empecemos el día con un buen rato compartido.

  1. Mucho más que una comida

En la medida que los horarios de cada miembro de la familia lo permitan, aprovechemos las comidas, el almuerzo o la cena, para fijar otro momento de encuentro alrededor de la mesa. Que sea un momento libre de pantallas, sin tele ni móviles. Aprovechemos para hablar, para explicar, para compartir… alarguemos las sobremesas aprovechando que al día siguiente no hay que madrugar.

  1. Menos pelis y más juegos

Ya sea en las sobremesas o en cualquier momento del día, aprovechemos el tiempo libre para jugar juntos. A veces la inercia nos lleva a levantarnos de la mesa después de cenar y poner una peli. Pero quizás algún día podemos sustituirla por un juego de mesa. Ya sabemos que los juegos no son solo cosa de niños. Juegos de mesa, de carta… ¡lo que sea! ¡Es importante que nos divirtamos juntos, en familia! Y a nuestros hijos les gustará que les sorprendamos y llevemos la iniciativa.

  1. Aprovechemos los desplazamientos en coche

A veces, en verano compartimos tiempo en el coche en trayectos más largos de lo que es habitual. Si salimos de fin de semana, si visitamos a la familia en el pueblo o si, simplemente, vamos juntos hacia al casal de verano. Vale la pena aprovechar estos momentos. Apaguemos de vez en cuando la radio y hablemos, contémonos qué hemos hecho, cómo ha ido el día, si tenemos alguna inquietud o alguna ilusión, juguemos a algún juego de palabras, etc.

  1. Compartamos aficiones

Si tenemos aficiones comunes, el verano, cuando los horarios de todos se flexibilizan, puede ser el momento de compartirlas. Aprender juntos a tocar un instrumento, hacer excursiones a la montaña o algún taller creativo o preparar una receta nueva. Entre hermanos, con el padre o con la madre. El caso es que, si algo nos apasiona, será aún mejor si lo compartimos.

  1. Planteémonos retos juntos que nos ayuden a crecer

Plantearnos retos nos ayudará a crecer. Retos, por ejemplo, de lectura. Propongámonos cuánto queremos leer cada uno, asignemos un tiempo diario para hacerlo, “piquémonos” de forma sana para ver quién alcanza antes su propio objetivo y celebrémoslo en familia.

  1. Hagamos nuestra playlist del verano

Como todo es siempre mejor con música, puede ser una buena idea crear juntos una lista de reproducción de canciones de verano. Es importante que todos vean reflejados sus gustos. De este modo, si tenemos una setlist de verano que acompaña nuestros días y experiencias, estaremos vinculando recuerdos a canciones determinadas. Recuerdos que volverán inevitablemente a nuestra cabeza cada vez que las escuchemos, pase el tiempo que pase. Es una buena estrategia para mantener las experiencias vividas en familia siempre presentes.

 

Sea como sea nuestro verano y hagamos lo que hagamos durante las vacaciones, tengamos presente que cada día puede ser una nueva oportunidad para fortalecer vínculos y crecer juntos. Estemos dispuestos a no dejar que el tiempo se llene solo… pongámosle intención, no dejemos escapar ninguna conversación, ningún momento por compartir. No olvidemos que lo mejor del tiempo que nos regala el verano es poderlo compartir. ¡Aprovechemos para hacer familia!

 

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