A menudo nuestros hijos e hijas deben enfrentarse a situaciones que les dan miedo, una emoción totalmente normal y necesaria para su crecimiento y desarrollo. Como madres y padres, debemos ser conscientes de que jugamos un papel fundamental en la gestión que hagan de ella. Os proponemos 6 consejos prácticos que os ayudarán a acompañarles para que sean capaces de gestionar por sí mismos sus propios miedos.

Valiente no es aquel que no tiene miedo, sino el que a pesar de tener miedo sigue adelante, dicen. El miedo es algo normal en cualquier etapa de la vida. En la infancia, particularmente, es algo necesario para el crecimiento y desarrollo de los niños y niñas. Se vuelve un problema cuando limita, cuando uno no es capaz de gestionarlo ni de enfrentarse a él. Es importante, pues, que ayudemos a nuestros hijos a adquirir herramientas para gestionar esta emoción.

  1. Habla de ello

Nuestros hijos deben sentir que pueden expresar sus miedos. Para ello, es importante que sepan que en familia se puede hablar de cualquier cosa. Debemos favorecer esos momentos de comunicación preguntándoles por sus cosas, qué les ilusiona o si hay algo que les preocupa y ofreciéndoles nuestro apoyo.

  1. Escucha sin juzgar

No deberíamos nunca minimizar el motivo del miedo de nuestros hijos ni ridiculizarlos por sentirlo. Es importante que validemos lo que sienten. La ausencia de juicios es clave para que nuestros hijos se sientan con confianza para recurrir a nosotros cuando no sepan cómo afrontar el miedo. Si les respondemos con “eso es una tontería”, “qué exagerado eres” o “¿cómo puede darte miedo eso?” estaremos cerrando la puerta a este entorno seguro de comunicación. Algo que, sin duda, es de las cosas más valiosas que debemos ser capaces de construir.

  1. Ayúdale a comprenderlo

Que el miedo no les asuste. Es importante que ayudemos a nuestros hijos a entender que no es negativo que sientan miedo. Es algo natural y necesario en muchas ocasiones para mantenerlos seguros y a salvo. Tienen que entender también que, si no saben gestionarlo, puede llegar a limitar sus experiencias.

  1. Acompáñale

Podemos ayudar a nuestros hijos e hijas a enfrentarse a sus miedos con un “plan de acción” con exposiciones graduales. Por ejemplo, si tienen miedo a los perros, pueden empezar conociendo historias cuyo protagonista sea este animal; luego visitar a algún amigo que tenga perro; y finalmente, a su ritmo, animarle a tener una primera toma de contacto amigable con él. Avanzar poco a poco les dará la confianza que necesitan para enfrentarse a sus miedos y les demostrará que pueden superarlos.

  1. Refuerza sus logros

Si nuestros hijos son capaces de enfrentarse a sus miedos, no nos olvidemos de celebrarlo y reconocer su valentía. Hacerles conscientes de que son valientes, no porque no tengan miedo, sino por seguir adelante aunque lo tengan, será una dosis importante de confianza y motivación para seguirse enfrentando a nuevos desafíos.

  1. Recuérdale que no somos (ni debemos ser) superman

Si queremos que nuestros hijos asuman que tener miedo es algo natural, debemos asumirlo antes nosotros. Puede ayudarles que compartamos con ellos miedos que tengamos o hayamos tenido. También que les contemos cómo logramos superarlos o cómo seguimos luchando para hacerlo. Ni somos ni tenemos que ser Superman. No les hagamos creer que el miedo es algo que nos hace débiles o de lo que debamos huir. Cada uno tiene sus tiempos y se enfrenta y vence sus miedos cuando está listo para hacerlo.

Seamos conscientes que superar los miedos es un proceso gradual. Un proceso, además, que requiere de nuestra paciencia, comprensión, afecto y confianza. Con todo ello, nuestras hijas e hijos serán capaces de enfrentarse a cualquier cosa y de crecer con ello. Hagámosles conscientes también a ellos de que quizá no superaran todos sus miedos, pero nosotros estaremos siempre a su lado para que sigan enfrentándose a ellos para que no les limiten.